La nueva novela de Nora Roberts narra la apasionante historia de una mujer traumatizada que busca el refugio de una isla donde espera olvidar todo lo que le ocurrió. A ojos de los demás, Fiona Bristow lleva una vida idílica. Vive en una casa bonita en una isla de la costa de Seattle, se dedica al adiestramiento de perros y también colabora con la policía en la búsqueda de personas. Tampoco le falta buena compañía: para esto tiene a sus tres perros labradores cariñosos y fieles. Pocos conocen la pesadilla que vivió antes de llegar aquí. Fiona fue la única que sobrevivió al ataque de un asesino en serie, un perturbado que acechaba y raptaba a mujeres jóvenes. A todas las estranguló y las enterró junto con un pañuelo rojo, a todas menos a Fiona. Además, cuando estaba a punto de ser capturado, el asesino mató a un policía, el novio de Fiona. En la isla de Orcas, Fiona ha encontrado la paz y la tranquilidad que necesitaba para rehacer su vida. Sin embargo, todo esto cambia cuando Simon Doyle llama desesperado a su puerta. A pesar de que nunca le han gustado los perros, le han regalado uno que le está destrozando la casa. Adiestrar al cachorro no le presenta ningún problema a Fiona, pero no ocurre lo mismo con su dueño. Simon tampoco quiere tener relaciones con ninguna mujer y menos con una como ella, demasiado alta y delgada, y además pelirroja. Mientras ambos luchan contra sus sentimientos, un asesino acecha a la única mujer que se escapó.