Sevilla, años ochenta. Tras la resaca del Mundial del 82, la heroína aterriza para quedarse de la mano de los Molina —una familia gitana que tiene que abandonar el barrio marginal de las Tres Mil Viviendas tras una guerra de clanes—, del terrible y violento Rafael el Gamba y de los otros camellos que trapichean por la zona del Pumarejo —o Espumarejo, como llaman sus habitantes—. El protagonista de Canijo comienza a flirtear con la heroína, una adicción que inevitablemente va a más, haciéndonos sentir de forma descarnada el angustiante e insoportable mono, la lucha por conseguir los duros suficientes para una dosis y los estragos que la droga causó en buena parte de la generación que vivió aquella época.
«Canijo es un relato imperdible de «lo yonqui». Una brutal historia de drogas que nos habla de guerras de clanes, venganzas, rateros y criminales. Mucha miseria y unos cuantos miserables. También es una historia de amores y desamores, en ardua connivencia con la desesperada búsqueda del chute diario. Pero, sobre todo, es la cronología de un desastre llamado heroína: los años de su llegada, eclosión y devastadoras consecuencias, con el sida acechando. Mansilla disecciona esa era como nadie, combinando honestidad descarnada e inesperada ternura. Un afecto y profundo entendimiento de la sinrazón del adicto que solo se explica desde la propia vivencia. Un conocimiento que se extiende a unas coordenadas muy definidas». —Indienauta.
Una novela de culto que por fin sale de los límites de Sevilla y que hará que te conviertas en un ferviente fan de Fernando Mansilla.
#Haztemansillista