Una historia sencillamente especial.
Una mosca con un par de zapatos enormes que recuerda vagamente a Mickey Mouse nace (en un cubo de basura), vuela (por una cocina), come (manzana, azúcar, sal), casi se ahoga (en el fondo de una lata), se hace amiga de un escarabajo y se enemista con un gato y una araña (el origen de todos los problemas), recibe una descarga eléctrica en una tostadora y se convierte, en unos pocos fotogramas de ciencia ficción, en algo gigantesco y terrorífico.