Ambientada en Islandia a finales del siglo XIX, esta novela concluye la Trilogía del muchacho.
La historia narra el despertar a la edad adulta de su protagonista, el mismo joven sin nombre de las dos primeras partes -Entre cielo y tierra y La tristeza de los ángeles, ambas publicadas por Salamandra- quien, inmerso en un microcosmos desolado e implacable, donde la geografía es un elemento determinante, experimenta en primera persona la fuerza arrolladora de dos impulsos de alcance universal, el de la supervivencia y el del amor.
El muchacho no tiene nombre ni padres ni educación, pero sí una sed insaciable de vida y un fuerte apego a la poesía y la literatura. Durante la larga travesía junto con el cartero Jens, una inesperada tormenta de primavera en un remoto fiordo noroccidental de la isla provoca un alud que sepulta a los viajeros con terribles consecuencias. Cuando el muchacho despierta, es atendido por Ólafur, el médico de la aldea, y su esposa Steinunn, pero lo que seguramente ha precipitado su regreso al mundo de los vivos son la cabellera pelirroja y los ojos verdes de la bella Álfheiður, que lo observan con interés.
Así, con la misma cadencia con que primero llega el deshielo y luego la primavera se despliega hasta fundirse en el crepuscular y fugaz verano nórdico, el muchacho irá descubriendo el amor hasta hacerse un hombre. Y una vez recuperada la salud, este nuevo hombre, aún turbado por los espíritus de los muertos, iniciará con su compañero Jens el regreso a casa, como una suerte de Ulises de los hielos.
La crítica ha dicho...
«Un autor que produce una honda impresión [...]. Escribe con calidez y humor sobre cuestiones universales que tocan cualquier orden social [...]. Su escritura es cuanto menos sublime.»
Flensborg Avis
«La poesía anima y alienta la prosa de Stefánsson. En El corazón del hombre se multiplican los puntos de vista sobre las más variadas existencias determinadas por la geografía. Y sobre estas blancas tierras hostiles, el alma al desnudo se describe mucho mejor.»
L'Humanité
«El corazón del hombre no tiene nada de melodrama romántico ni de puesta al día de la novela de aprendizaje, a la manera de Grandes esperanzas de Dickens. Las leyes que rigen la escritura de Stefánsson son la originalidad misma e impiden tal filiación.»
La Quinzaine Littéraire
«La gran fuerza del escritor islandés es no tener miedo a lo trágico y lo sublime. Es patético y sublime. O, más exactamente, lo es El corazón del hombre. Y casi sin defectos. Algunos lectores encontrarán un sabor extraño en esta mezcla de -alta- y -baja- literatura, de poesía y novela popular, pero eso es precisamente lo que nos encanta.»
Le Monde des Livres