«A ti, que nunca me has conocido».
Un escritor de éxito recibe una extraña carta el día de su cumpleaños. Esa misiva sin firmar contiene el testimonio de una vecina que se enamoró de él hasta la médula hace años, siendo ella adolescente, pero él, por más que lo intenta, no es capaz de recordarla. Al profundizar en esa confesión que abarca toda una vida, sufrimos por los sentimientos no correspondidos de ella, pero también por la soledad y la carencia de empatía de él.
Stefan Zweig, magistral retratista de las emociones, nos ofrece el retrato duro y descarnado de un amor absoluto, incondicional, secreto y obsesivo que se ha convertido, por derecho propio, en todo un clásico de la literatura del siglo xx.