Rai es un psiquiatra contratado para participar en un proyecto que busca emular, a través de la realidad virtual, los efectos alucinógenos de una potente planta amazónica. Su trabajo consistente en supervisar a los voluntarios que toman dosis controladas de la mítica “alita del cielo”, una labor rutinaria que pronto da pie al tedio. Aislados debido a la ubicación casi secreta del laboratorio, los empleados tienen sesiones de uso recreativo de la droga, lo que pronto genera secuelas en Rai, pues las intensas experiencias lisérgicas despiertan en él episodios hasta entonces ocultos en su inconsciente: una historia de abuso por parte de su parte, una complicada figura materna cuyo éxito es fruto del intercambio de favores sexuales entre hombres de poder y las edecanes que trabajaban en su agencia, la repentina separación de una hermana que salió de su vida sin dar explicaciones. De manera paralela, el protagonista participa en pruebas de la tecnología de realidad virtual de la mano del Dr. Dunn, su antiguo profesor y director del proyecto.
No pasa mucho tiempo antes de que ambas experiencias provoquen en Rai una disolución de la vigilia, un profundo estado de confusión y paranoia en el que se cuelan elementos de las alucinaciones de los voluntarios, escenas de la historia de la región –conflictos bélicos debido a la condición fronteriza de la zona, episodios de explotación en plantaciones como la que ahora alberga al laboratorio– y elementos de la tragedia familiar de Dunn, quien perdió a su esposa e hijos hace algunos años. Presa de una profunda ruptura en su conciencia, Rai pronto descubrirá que las motivaciones detrás del proyecto son menos claros de lo que aparentan y que todos los involucrados no son más que instrumentos prescindibles en la búsqueda de una venganza personal.