Warren Buffet dijo esta célebre frase: «Cierto, hay una guerra de clases, pero es mi clase, la clase rica, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando».
Este brutal enfrentamiento social nunca ha sido tan tangible como con la crisis de la Covid-19, que está exacerbando las desigualdades e incrementando la acumulación de riqueza precisamente para aquellos que están conduciendo al planeta hacia una extinción masiva. Nos estamos asfixiando no solo a manos de un virus, sino también de la brutalidad policial y de un sistema mundial basado en la extracción, la expansión y la explotación.
La crisis climática, la amenaza nuclear, las pandemias y el racismo: estos son los cuatro jinetes del capitalismo global y su violencia estructural contra la naturaleza, los seres humanos y el propio futuro. Necesitamos conectar y construir un mundo más allá de la noción destructiva de «progreso» que domina la modernidad capitalista. No debe quedar nada del antiguo sistema, pero toda la belleza, la humildad y la determinación de nuestra lucha común —que ese mismo sistema no llega a comprender— albergan la esperanza del cambio que necesitamos.