Primero, se descubre la presencia de la materia espesa y pegajosa dentro de la nariz. Luego se procede a introducir el dedo en la cavidad nasal para retirar la sustancia verde o amarillenta con sumo cuidado. A continuación, se contempla el moco extraído para seguidamente ingerirlo. De la degustación surge la necesidad de repetir el proceso. Y así, vemos los miembros de una familia, de ambos sexos y de cuatro generaciones, interpretar esta famosa cancioncilla popular. Un álbum que será la delicia de los mucófagos de cualquier edad, no exento de moraleja.