Una pareja afronta la reforma de su cocina en un mal momento. Una madre recoge a sus hijos cada viernes para pasar el fin de semana con ellos. Una enfermera se angustia por su trabajo en urgencias pediátricas. Un hijo se resiste a llevar a su madre a una residencia de ancianos. Los relatos de "Todo lo que ya no íbamos a necesitar" escarban en las relaciones entre madres e hijos, en sus aristas y en sus claroscuros, pero, sobre todo, hurgan en sus ausencias, en una orfandad que se define no sólo como la falta de progenitores: la ausencia de la madre muerta; la del hijo que no llega, ni va a llegar nunca; la de la madre con la que no se puede contar... Y la peor de todas, la que recorre como un río subterráneo los relatos de este volumen.