En El coche fúnebre pintado a rayas, el detective Lew Archer recibe del coronel Mark Blackwell el encargo trivial de investigar los antecedentes y la personalidad de Burke Damis, un pintor pobre, rebelde y desconocido que amenaza convertirse en marido de su hija única, próxima a recibir un sustancioso legado. No obstante, la investigación rutinaria pronto se ve complicada por una desaparición y por un asesinato, relacionados con Damis, y se desencadena una trepidante sucesión de acontecimientos que descubre progresivamente el particular entramado de dolor, pasión y frustración que articula las acciones y omisiones de los personajes.