Pequeño Jaco Farino, el último patriarca de una familia de la mafia, quiere muerto a Kurtz y está mandando a pelotones de asesinos a sueldo a por él. La bella Angelina Farino, hermana de Pequeño Jaco, ha vuelto de Sicilia y también tiene sus propios y mortíferos planes para el detective.
Por si eso fuera poco, un violinista moribundo le pide a Kurtz que encuentre al asesino de su hija. Al principio rechaza el caso, pero pronto se encuentra tras la pista de un hombre que no es solo autor de la muerte de una niña, sino un despiadado asesino en serie; un maestro del cambio de identidad con el poder suficiente para enviar cien hombres a la caza del duro detective.