Escogida como una de las mejores obras de ficción de 2013 en medios como The New York Times, The Huffington Post, The Washington Post y Publishers Weekly, y elogiada por críticos y escritores de gran relieve, esta tercera novela de Amity Gaige se presenta como una historia de suspense que, a medida que avanza la trama, deviene un relato lúcido y poético que sitúa al lector frente a un complejo dilema moral.
Desde la cárcel, Eric Kennedy escribe una larga carta a su esposa, Laura, en la que confiesa los motivos que lo condujeron a incumplir flagrantemente la ley. En trámite de divorcio, Eric y Laura se hallaban en mitad de una tensa y desagradable pugna por la custodia de Meadow, su hija de seis años, cuando él decidió llevarse a la niña sin autorización para realizar un viaje por los lagos de Vermont. En su reveladora misiva, Eric no sólo repasa episodios clave de su vida con la intención de explicar y justificar su comportamiento, sino que también desgrana los momentos más felices de su paternidad. Así pues, detrás de sus defectos, emerge un padre afectuoso y entrañable que nos plantea una serie de preguntas de difícil respuesta.
La búsqueda de la identidad, los fantasmas del pasado, el amor insatisfecho, los sueños malogrados, en suma, todo aquello que determina la conducta de una persona converge en Eric, un hombre contradictorio y seductor, dispuesto a arriesgarlo todo por la necesidad de compartir tiempo con su hija.