El accidente tuvo lugar en las montañas de San Gabriel, a unos 2.600 metros de altitud. En medio de una fuerte tormenta de nieve, la avioneta Cessna que transportaba al autor de estas memorias, a su padre y a la novia de éste se estrelló y quedó suspendida en la ladera helada del monte. Nueve horas más tarde, Norman Ollestad, de once años de edad, fue hallado vivo, único superviviente de la tragedia. ¿Cómo es posible que un niño fuera capaz de sobreponerse al dolor, la conmoción y las brutales inclemencias atmosféricas y lograra salvarse?
Bajo la tutela de un padre incansable y carismático, que llevaba un estilo de vida alternativo, a contracorriente del orden establecido, el pequeño Norman se crió en el mundo del surf y el esquí de alta montaña. Mientras sus amigos montaban en bicicleta e iban a fiestas de cumpleaños, Norman se enfrentaba a aventuras cada vez más extremas. Exigido por su padre hasta límites intolerables, aquellos tiempos de difícil aprendizaje forjaron un carácter tenaz y entrenado en la superación que resultó crucial cuando el destino lo puso a prueba.
Elegido por los editores de Amazon como uno de los diez mejores títulos de 2009, y aupado a la lista de más vendidos del New York Times durante once semanas, Pasión por el peligro es uno de esos libros que no se ajustan a las categorías existentes. Los hechos narrados son reales, pero tan extraordinarios que mantienen al lector en vilo como si leyera una novela de suspense. El afectuoso retrato del padre, combinado con la pasión por la naturaleza y las adictivas emociones que procura el deporte de riesgo, conforman una historia de unión espiritual que conmueve por su proximidad y autenticidad.