Manu vive a 429 pasos de Adriana. A los dos les gusta jugar, indagar en los siniestros crujifos del desván, evitar a Esteban y descubrir los enigmas de Papi Ángel, el abuelo de Adriana, que desde que murió la abuela está algo desorientado y siente nostalgia de Ecuador. Juntos son capaces de cualquier cosa, incluso de arrastrar un país de un sitio a otro.