El instituto de los chicos organiza unas miniolimpiadas. Tienen que defender el honor de su escuela contra los rivales de otros. Pero ya en la primera prueba del decatlón, la carrera de cien metros, empiezan los problemas: alguien está intentando sabotear sus
pruebas. Gracias a sus observaciones, se acercan cada vez más al culpable, no resulta ser Uwe, un antiguo compañero de clase y corredor de velocidad que había sido expulsado del instituto el curso anterior porque se dopaba, a pesar de tener solo doce años.