Cuando el yayo era pequeño, todo era muy diferente. No había tantas casas, la leche venía directamente de la vaca y los coches iban tirados por caballos. Pepe sigue con interés las explicaciones de su abuelo, pero las entiende a su manera.
En la segunda entrega de la entrañable pareja que forman Pepe y su abuelo, se aborda con humor y sensibilidad la dificultad para explicar a los más peques realidades de otros tiempos, muy lejanas del mundo que conocen.