La gata Marga quiere pasar un día tranquilo en la playa. Sale de la catedral de Barcelona con ganas de bañarse y tomar el sol, pero cuando llega a la Barceloneta se encuentra una chica que llora desconsoladamente. Se trata de Carmen Amaya, que está triste porque su amigo, el Negro de la Riba, ha desaparecido. La gata sospecha que detrás de esta desaparición hay las traviesas gárgolas de la catedral. ¡Y no se equivoca! Por su culpa, el Negro de la Riba termina debajo del agua. Afortunadamente, Narcís Monturiol les echará una mano con su fantástico submarino, el Ictíneo.