Por culpa de una seria enfermedad, Miguel se ve obligado a pasar una temporada reposando en casa de sus abuelos. Le acompañan su mirada fantasiosa, su imaginación sin límites, algún primo compañero de aventuras y las continuas incursiones en la realidad adulta, obnubilada por su contemplación infantil. Y según pasa el tiempo, según gana edad, Miguel va a ir aclarando aquello que esconden los mayores…